Prevención de Incendios
Un sistema de detección de incendios está destinado a informar a todos los usuarios de un determinado lugar de la inminencia de la ocurrencia de un incendio o del principio del mismo. En general, un sistema de detección de incendios está compuesto por detectores automáticos, basados en la detección de humos, llamas o calor, por pulsadores manuales de alarma, por dispositivos de alarma sonora y luminosa y por la Central de Detección de Incendios. La Central de Detección de Incendios recibe las señales de los detectores automáticos y pulsadores manuales y envía a su vez las alarmas correspondientes a los dispositivos de señalización audiovisual como sirenas y luces de emergencia o incluso a receptores remotos como una Central Receptora de Alarmas, a través de transmisores telefónicos, líneas dedicadas, lineas GPRS, etc...
Sistemas que salvan vidas
Los sistemas automáticos de detección de incendios y los sistemas de detección de gas y monóxido de carbono (CO) tienen como objetivo principal señalar lo antes posible, el inicio de un incendio, fuga o concentración elevada de gas, con el fin de permitir la aplicación de las medidas adecuadas para la extinción o eliminación de las causas de riesgo.
Detección de incendios
Sistemas direccionables de detección de incendios. Sistemas convencionales de detección de incendios. Detección por aspiración y muestreo de aire (ideal para grandes espacios). Cable sensor. Detección por láser. Detección de monóxido de carbono.
Detección de gas
En la detección de gases se utilizan generalmente centrales de detección de gases o detectores autónomos. Con la utilización de centrales de detección con varias zonas, existe la posibilidad de que cada canal de la central sea programado para la detección de más de un gas específico, dependiendo del detector que se utilice.
Detección de CO
El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y altamente tóxico que es producido por la combustión incompleta. Puede ser encontrado en los humos de escapes de automóvil, fogones, sistemas de calefacción, incendios e incluso en el humo de cigarrillos. Otras fuentes incluyen los sistemas de extracción defectuosos de los calentadores, calentadores de gasóleo y cocinas a gas mal conservadas.